‘Operación triunfo’ es un concurso de alto rendimiento. Los concursantes no descansan y trabajan duro para conseguir su gran sueño. Por este motivo es normal que sientan presión y necesiten sacar todo lo que llevan dentro. Además, ser los segundos siempre tiene una presión añadida. Los jóvenes concursantes de ‘OT 2018’ deben igualar a los de ‘OT 2017’, como mínimo. Algo muy similar pasó en 2002, durante la segunda edición de ‘Operación triunfo’. Los nuevos triunfitos tenían encima la sombra de Rosa López, Chenoa, David Bisbal o David Bustamante, entre otros. La presión pudo con ellos ellos y los nervios desencadenaron en una terrible tormenta.
Nina, directora de la academia en aquella época, tuvo una fuerte discusión con Vega. La cantante cordobesa mostró su enfado durante el reparto de temas. La joven no quería volver a cantar una canción de Rosario. Era la segunda vez en el programa que le tocaba interpretar una canción de la hija de Lola Flores.
Ante tal situación, Vega recibió una bronca de diez minutos que terminó con la joven llorando y abandonando la sala de ensayos. En ella se encontraba Manu Guix, Beth, la compañera con quién compartía la canción, y Noemí Galera.
«Es una canción que me gusta, solamente he dicho que creía que no iba a cantar otra de Rosario», empezó diciendo Vega. «La historia no es la razón, es que cada semana montamos un pollo con la canción», le contestaba Nina enfadada por la actitud de la joven. La cantante se defendía de las acusaciones de Nina, pero a la directora no le convencieron sus argumentos: «Sí lo montas, cada semana. Y el día que tengas tu propio proyecto, y grabes tu disco y hagas tu historia, escogerás a tus músicos, tus temas, tus vestidos, tu coreografía, pero estás empezando y has adquirido un compromiso con una empresa para concursar en un programa apara descubrir si realmente hay talento y la cualidades que debe haber para ser una artista».
«Tienes que asumir una responsabilidad y ahí entra la posibilidad de que cantes tres semanas seguidas tres rumbas», explicaba la directora de la Academia. «Vale, vale, ya está, solo era una opinión», le respondió Vega visiblemente afectada. Noemí Galera intentó frenar un poco la acalorada discusión entre ambas: «pero lo que no entiendo es que vengas llorando a decirlo. Esto no es un problema, no es para llorar».
«No es una opinión; es una queja, de lo cual no te puedes quejar porque estás en un concurso, hay unas reglas y tú has adquirido un compromiso y, si no te gusta, te vas», decía enfurecida la directora. Manu Guix también intentó parar la conversación tocando la canción, pero nadie podía frenar a Nina que continuó con su reprimenda: «Es como si yo o cualquiera de los que hacemos este programa, cuando viene una complicación nos limpiamos las manos y decimos ‘me voy’. Apechugar, hacerte fuerte, superar, ¿vale?».
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