Escrito por Sergi Alex Compañon
El nuevo programa de Jesús Cintora, ‘Carretera y Manta’, se estrenó en el prime time de Cuatro el pasado miércoles con un formato innovador, acogedor y dinámico.
La veintena de personas que cabían de público en el plató improvisado dentro del camión se tapaban con sus verdes mantas mostrando el logo del programa. Los espectadores, desde casa, ya en vísperas del último mes del año y del frío invierno que está por llegar, los emulábamos y nos sentíamos a cobijo.
El primer programa de ‘Carretera y manta’
El programa, que se emitía en directo desde Vigo, trataba sobre la precariedad laboral y el abuso de las empresas con los trabajadores. El periodista Antón Losada o el portavoz de FACUA Rubén Sánchez, entre otros, eran algunos de los colaboradores, pero el eje central del protagonismo eran los damnificados. En este caso, “las trabajadoras del frío”. Esclavitud (¡sí, este es su nombre!), una de ellas, se sinceraba delante del más de 1 millón de espectadores que reunió la primera entrega del programa. Ella explicaba como “las trabajadoras del frío” sufrían en su jornada laboral de 8 horas cortando monótonamente pescado a un ritmo atroz, en las que apenas cobraban 800€ raspados y eran humilladas por los dirigentes de la empresa.
Esclavitud era la esencia del primer programa de ‘Carretera y manta’. Un programa que, como bien contó el propio Jesús Cintora la semana pasada en ‘Liarla Pardo’, busca ir al fondo de la cuestión de aquellos problemas del día a día de los españoles y de las españolas que no se hacen eco en los telenoticias, pero que son una realidad viva en la España de a pie.
Cintora aterriza con éxito pero con opiniones divididas
Cintora caló en los televidentes. Aunque por Twitter recibiera algunos reproches sobre la poca profundización del programa (críticas que yo no comparto), Cintora logró un notorio 7’7% de share frente al buque insignia de ‘Operación Triunfo’, líder indiscutible de la noche del miércoles, y la serie ‘La Verdad’ de Telecinco.
Se notó que el presentador soriano tenía ganas de conducir un talk show como este después de un tiempo inactivo. Desde luego, el formato le va al periodista como anillo al dedo porque le permite desenvolverse con soltura en su mejor faceta: la del análisis de la sociedad desde un punto de vista diferente al habitual pero en el que siempre pretende tirar de la manta.
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